Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 1989.
Juan Anguera, alias Flanagan, es un chico de catorce años, listo y bien organizado, que se ha metido a detective para resolver los problemas que le encargan sus colegas del instituto. Tiene como ayudante y eficaz secretaria a su hermana Pili y un modesto despacho en el almacén detrás del bar de sus padres. Pero un día Flanagan se verá envuelto en un caso mucho más complicado y peligroso...
Flanagan llevó a cabo una peligrosa investigación para demostrar la inocencia de una persona gitana. Fue detenido por la policía y acusado de asesinato. Al mismo tiempo, en su vecindad, los disturbios racistas estaban hirviendo y las huelgas de basura provocaron la acumulación de desechos.
N o te laves las manos, Flanagan, es la continuación de Todos los detectives se llaman Flanagan. Si en el primer libro se perfilaba la personalidad del joven detective, en este segundo libro de la serie se complica la trama a la vez que el protagonista se nos presenta con mayor madurez y una experiencia digna de tenerse en cuenta. Fraude, corrupción, asesinato, racismo, especulación de terrenos son temas vivos y actuales en nuestra sociedad, palpables en la obra, hecho que contribuye a que los adolescentes muestren un creciente interés por su lectura.
LEER MÁSA ello hay que añadir la fuerza del personaje protagonista, con el que el joven lector se siente cada vez más identificado. Flanagan representa al adolescente de hoy, con sus problemas, intereses, esperanzas y espíritu aventurero, del que el riesgo forma parte. Sin riesgo, no se puede vivir, y sin dignidad, tampoco. Así mismo, el estilo dinámico, la transparencia y variedad del lenguaje y la rapidez de acción hacen que la lectura resulte amena y que los lectores se queden con ganas de leer más aventuras del detective Flanagan.
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