Francisco Martínez de la Rosa El español en Venecia o La cabeza encantada ************ Índice El español en Venecia, o la cabeza encantada Comedia Acto primero Acto segundo Acto tercero Acto cuarto Acto quinto ************** PERSONAS DOÑA INÉS DE ROJAS. DON LUIS DE GUEVARA. MATILDE y ELEONORA, hermanas. ANGELO STROZZI, noble veneciano. LAURA, doncella de casa de Matilde. BEATRIZ, criada de doña Inés. SALPICÓN, criado de don Luis. UN JUEZ. MINISTROS DE JUSTICIA, CRIADOS, MARINEROS, GENTE DEL PUEBLO. La escena es en Venecia Acto primero El teatro representa la plaza de San Marcos ESCENA I DON LUIS, SALPICÓN. En el fondo, MÁSCARAS y MARINEROS. SALPICÓN.Siquiera por compasión, explícame esta locura; ¿no fías en la cordura de tu siervo Salpicón? Por ti me ausenté de España, por ti mi patria dejé, corrí tierras, navegué, vi tanta nación extraña; engañé padres, maridos, abuelas, madres y tías, hice mil bellaquerías, saqué los huesos molidos... LUIS.Tal vez aún te sabe a poco... SALPICÓN.No, señor, a buen seguro. LUIS.Y si no callas, te juro que vas a ver si estoy loco. SALPICÓN.Pues callaré... LUIS. Bien harás. SALPICÓN.Si una cosa me decís. LUIS.¿Cuál? SALPICÓN. Y si no me reñís... LUIS.¿Una sola? SALPICÓN. Una y no más: ¿Por qué a Nápoles dejamos? ¿Por qué hasta Roma corrimos? ¿Por qué a Venecia vinimos? ¿Qué hacemos y qué buscamos? LUIS.Basta. SALPICÓN. ¿No amabas a Inés? LUIS.Chito. SALPICÓN. ¿No te amaba a ti? LUIS.¿Callarás? SALPICÓN. ¿Y no te vi tierno y rendido a sus pies? LUIS.¿Dejaste bien encargado que la carta reservasen y que no se la entregasen hasta habernos ausentado? SALPICÓN.Sí, señor. LUIS. ¿Y a la criada nada le dijistes? SALPICÓN. No. LUIS.¿De veras? SALPICÓN. ¿Pues miento yo? Ya quedó bien enterada. (Aparte.) LUIS.¡Ay, Salpicón! SALPICÓN. ¿Fue suspiro? LUIS.Contra amor sólo un remedio. SALPICÓN.¿Y cuál? LUIS. Poner tierra en medio para escapar de su tiro. SALPICÓN.¿Y de cuándo acá, señor, con miedo un fiero adalid, con más renombre que el Cid en las empresas de amor? ¿No os vi como un pedernal en Córdoba y en Sevilla, hecho un Nerón en Castilla y un don Pedro en Portugal? Tal degüello de inocentes no armó Herodes en Judea; ni la linda ni la fea se escaparon de tus dientes: una por lánguida y sosa, otra por viva y gentil, la discreta por sutil, y la necia por hermosa, la fresca por lo lozano, la pálida por lo tierno, la gorda para el invierno, la flaca para el verano... ¿Y ahora una aleve mozuela, hija del Guadalquivir, te hace temblar y gemir como un niño de la escuela? LUIS.No es miedo, sino prudencia. SALPICÓN.Lo mismo me pasa a mí, y por eso siempre huí en oliendo una pendencia. LUIS(Paseándose por el teatro.) No la veré, no la oiré, no la nombraré en mi vida, y en hallando otra querida, en breve la olvidaré. ¿No es verdad? SALPICÓN. Yo el medio alabo, aunque es tan po co galán; porque al fin dice el refrán que un clavo saca otro clavo..., y aun me parece, a fe mía, que para empezar ahora no es mala esta pecadora, que viene como una chía. LUIS.¡Qué buen talle! Dices bien; si es la cara tan pulida... SALPICÓN.Adiós, Inés de mi vida; requiescat in pace, amén. ESCENA II Dichos, MATILDE y LAURA, ambas con dominó y enmascaradas. SALPICÓN.Si la linda veneciana, fantasma de tafetán, quiere a este hermoso galán... Dice que no tiene gana. LUIS.Quita, aparta, majadero. Disculpad su avilantez; yo le enseñaré otra vez a no mostrarse grosero. Sólo al veros se adivina que sois hermosa y discreta... MATILDE.¿Sois por ventura poeta? LUIS.En querer con, pasión fina. MATILDE.¿Y en lo lisonjero no? LUIS.No aprendí a lisonjear. MATILDE.¿Pues qué sabéis? Sólo amar. MATILDE.¿Y quién os abona? LUIS. Yo. ATILDE.¿De qué tierra sois? LUIS. De España. ¿Nacido? LUIS. En Andalucía. MATILDE.¡Y él a sí propio se fía! LUIS.¿Os reís? MATILDE. Tengo esa maña. (DON LUIS y DOÑA MATILDE hacen ademán de hablar en tono bajo.) SALPICÓN.Parece que ya este pez ha picado, en el anzuelo; voy a probar, como suelo, si meto baza a mi vez. (Mirando de hito en hito a LAURA.) Esta será la doncella... a lo menos, de labor; ánimo, pues, y valor, a ver por dónde resuella. ¡Niña!... LAURA. Lo fuí. SALPICÓN. ¿Y hace mucho? LAURA.Ha cuarenta Carnavales. SALPICÓN.¿Cuarenta no más? LAURA. Cabales. SALPICÓN.¡Vaya un extraño avechucho! (Aparte.) ¿Eres linda? LAURA. Como tú. SALPICÓN.¿Afable? LAURA. Como un casero. SALPICÓN.¿Limpia? LAURA. Como un cocinero. SALPICÓN.¿Buena? LAURA. Como Belcebú. SALPICÓN.Pues ya encontré matrimonio. LAURA.¿Estás acaso endiablado? SALPICÓN.No, pero tengo jurado casarme con un demonio. (Hablan los dos en secreto.) LUIS¿Y no es posible, señora, veros sin ese disfraz? MATILDE.Antes dejadme ir en paz... LUIS.¿Pues os vais tan presto? MATILDE. Ahora. LUIS.¿Adónde vais? MATILDE. Lo olvidé. LUIS.¿Vuestro nombre? MATILDE. Es nombre feo. LUIS.Siendo vuestro, no lo creo. MATILDE.¿Por qué causa? LUIS. Yo la sé. MATILDE.Adiós. LUIS. No os vais... (Queriendo detenerla.) MATILDE. ¿Qué queréis? LUIS.Que os lleváis mi corazón. MATILDE.La semana de Pasión aquí mismo lo hallaréis. (Desaparece.) ESCENA III DON LUIS, SALPICÓN, DOÑA INÉS, con dominó y careta; BEATRIZ, en traje de escudero y también enmascarada. LUIS.Sígueme... SALPICÓN. Ya voy... INÉS. ¡Detente! LUIS.Dejadme... INÉS. No te has de ir. LUIS.¿Y quién lo puede impedir? (Con enojo.) INÉS.¿Va ya a echarla de valiente?... Guarde el bravo caballero para los hombres la espada; ¿con una dama tapada de qué le sirve el acero? LUIS.¿Quién eres? INÉS. Una mujer. LUIS.¿Me conoces a mí? INÉS. Sí. LUIS.Al menos mi nombre di. INÉS.Por ahora no puede ser. LUIS.¿Volveré a verte? INÉS. Seguro. LUIS.¿Cuándo? INÉS. Cuando tú no quieras. LUIS.¿Hablas de veras? INÉS. De veras. LUIS.Júralo. INÉS. Yo te lo juro. LUIS.¿Por qué te tiembla la mano? INÉS.Será de miedo. LUIS. ¿Y de quién? INÉS.De quien no me quiere bien. LUIS.¿Y quién es ese villano? INÉS.Es un caballero discreto y gentil, más frío que enero, más vario que abril; los labios de rosa, las voces de miel, el alma alevosa y el pecho cruel... LUIS.¿Pues quién te ha dicho que yo?... INÉS.No hablé con vos... Yo creí... Esta letra la aprendí para el vil que me engañó. Soltadme. LUIS. ¿Y adónde vas? INÉS.Donde me arrastra mi estrella. LUIS.¿Es mala, siendo tú bella? INÉS.No fue propicia jamás. LUIS.¿Suspiraste? INÉS. Es ilusión. LUIS.Hay recuerdos que hacen mal. INÉS.En días de Carnaval, da treguas el corazón. Cuando el amor lo esclaviza no cesa el afán tan luego... INÉS.Por eso trocáis su fuego en miércoles de Ceniza. LUIS.¡Qué donosa! INÉS. Si soy fea... LUIS.Presumo que no lo eres. INÉS.Decídselo a mil mujeres, que alguna habrá que lo crea. LUIS.¿Y tú no? INÉS. Soy adivina. LUIS.¿Eres ángel? INÉS. Soy gitana. LUIS.¿Muy fina? INÉS. Como la grana. LUIS.¿Morena? INÉS. Como la endrina. LUIS.No vi nunca gracia tal. INÉS.¿Nunca? LUIS. Jamás. INÉS. ¡Cosa extraña! ¿De qué tierra sois? LUIS. De España. INÉS.¿Tan rara es allí la sal? LUIS.Dime la buenaventura. INÉS.Dadme la mano. LUIS. Y el alma. INÉS.Quiero ver sólo la palma. LUIS.Y yo adorar tu hermosura. (DOÑA INÉS tiene cogida la mano en ademán de decirle la buenaventura.) SALPICÓN.¿Qué me quiere el señor Grajo? BEATRIZ.¿Hasta el mirarme te asombra? SALPICÓN.Me sigue como a mi sombra. BEATRIZ.Si soy sombra de espantajo. SALPICÓN.Gracias. ¿Quién eres? BEATRIZ. Un hombre. SALPICÓN.¿Mozo, casado o viudo? ¿No responde? BEATRIZ. Si lo dudo. SALPICÓN.Pues dime al menos tu nombre. BEATRIZ.Es un nombre de cocina. SALPICÓN.Así huele a bodegón. ¿Albóndiga? BEATRIZ. Salpicón. SALPICÓN.¡Válgame Santa Rufina! INÉS.¡Jesús mil veces! LUIS. ¿Qué ves? INÉS.Cada raya es un engaño: ¡mil mujeres en un año! Por día salen a tres. LUIS.No soy mudable ni vario. INÉS.¡Pues aún queréis más amores! ¿Es concurso de acreedores o revista o calendario? (Señalándole en la palma de la mano.) Antonias, Petras, Lucías, Manuelas, Josefas, Anas, a centenares las Juanas y a millares las Marías. LUIS.Y aún no he encontrado ninguna que me quiera cual yo quiero. INÉS.Este es signo de embustero. ¿No habéis hallado ni una? (Silencio.) Hable y diga el buen señor: callado está como un muerto. Aunque os haya descubierto, ¿soy acaso delator? ¿Por qué tan fijo me mira?... LUIS.Porque me tienes sin mí. INÉS.Y yo ocupado os creí en forjar otra mentira. LUIS.Ya de saber tengo empeño quién eres... INÉS. ¿Y qué me das? LUIS.El corazón... ¿Quieres más? INÉS.Pues qué, ¿es alhaja sin dueño? Yo te lo juro. INÉS. Haz la cruz. LUIS.Por éstas..., palabra y mano: nunca miente un castellano. INÉS.¿Y si fuerais andaluz? LUIS.Aunque la vida arriesgara, he de ver... (Hace ademán de quitarle la careta.) INÉS. Tened... ¿Qué hacéis? Ved que mi honor exponéis si aquí descubrís mi cara; seguidme, y allí en la orilla del canal... LUIS. ¿Te veré? INÉS. Sí. LUIS.¿Cómo? INÉS. Burlándome así del burlador de Sevilla. ESCENA IV DON LUIS, SALPICÓN, BEATRIZ, MARINEROS, MÁSCARAS, GENTE DEL PUEBLO. DONA INÉS salta precipitadamente en una góndola, donde la espera un hombre enmascarado, y desaparece. DON LUIS corre a la orilla en su seguimiento. LUIS.Ven, barquero, ven ligero; pronto, ven..., que allí se llevan mi bien. SALPICÓN.Por Dios, señor, aguardad... LUIS.Boga, gondolero, boga. (Saltando en una góndola.) SALPICÓN.Ya voy... (En el acto de entrar en ella, la góndola se aleja y él cae en el agua.) MARINERO 1.º ¡Que un hombre se ahoga! ¡Socorro, por caridad! (Algunos marineros se arrojan tras él para salvar le; la góndola en que va DON LUIS se aleja y el patrón va cantando esta tonada:) Ya Reinaldos pisaba el bajel que de Armida el encanto labró, y hechizado el valiente doncel, en sus redes cautivo quedó... Hombres todos, de mil modos, ¡ay!, temed del amor el hechizo y la red. MARINERO.Ya muy cercano le tiene... ¡Ay Dios! Que se sumergió... Mas ya otra vez le sacó y en los hombros le sostiene... BEATRIZ(Mostrando en la mano un bolsillo.) Animo, ánimo, valor... Llega pronto a la ribera, que si le salvas te espera la recompensa mayor... (Agrúpase la gente a la orilla y entre unos marine ros sacan a SALPICÓN como aturdido y arrojando agua. BEATRIZ les da el bolsillo; ellos reparten las monedas y empiezan a cantar:) CORO ¡Pues por esta vez sacamos buen pez! VOZ 1.ª Es un bacalao. VOZ 2.ª El pez nicolao. VOZ 1.ª Es un estornino. VOZ 2.ª Un lobo marino. CORO Por mal o por bien, vaya a la sartén. BEATRIZ.Dejaos de burlas... Al fin, ¿no os da el pobre compasión? MARINERO.Si parece un tiburón... OTRO.Echa agua como un delfín... BEATRIZ.Levantadle en vuestros brazos y venid detrás de mí... MARINERO.Arriba, amigos..., así..., no se haga el santo pedazos. (Le colocan en una especie de silla formada con los brazos cruzados y otros marineros y muchachos le siguen, cantando como en procesión:) UNA PARTE. ¡Pues estamos frescos: un pez con gregüescos! OTRA PARTE ¡Y en lugar de aletas, jubón con faldetas! TODOS Por mal o por bien, vaya a la sartén. Acto segundo El teatro representa una sala con varias puertas a los lados y una en el foro ESCENA I MATILDE, ELEONORA. ELEONORA.(Saliendo a recibir a MATILDE.) ¡Hermana, tan pronto aquí! MATILDE.Y gracias que me salvé: no sé cómo me escapé... ELEONORA.Pero ¿qué ha pasado? Di... MATILDE.Según el dispuesto plan, con Inés llegué a la plaza, y saliendo bien la traza, tropecé con su galán... ELEONORA.¿Es cual ella le pintó? MATILDE.Sí: la andaluza primera, que ni miente ni pondera..., en Italia se enmendó. Llegué, le arrojé el anzuelo, picó el pez, cuerda le di; y así que preso le vi, dejé burlado su anhelo. ELEONORA.Pero ¿no te siguió él? MATILDE.Nuestra destreza nos vale: Inés al paso le sale y me escondí en el tropel. ELEONORA.¿Y la huéspeda? MATILDE. Allí queda. ELEONORA.¡Con él! MATILDE. Con él, no te asombre: por mucho que sepa un hombre. cualquiera mujer lo enreda. ESCENA II Dichas. DOÑA INÉS. INÉS.¡Ay amigas! ¡Muerta vengo!... ELEONORA.Di, ¿qué tienes?... INÉS.¡Ni hablar puedo! ELEONORA.¿Qué ha pasado? MATILDE.Dilo presto... INÉS.Le entretuve dos momentos... MATILDE.¿Te vio el rostro? INÉS.No por cierto. Mas apenas de él me alejo, de seguirme forma empeño; corro, y corre más ligero. Llego al barco, salto dentro, y segura ya me creo... Mas la cara luego vuelvo y oigo el ruido de otros remos... Una góndola allí veo, y él, que grita a su barquero: «Sigue, sigue. ¡Presto, presto!...» Una calle y otra vuelvo, dando giros y rodeos; pero siempre allí le tengo, cual la sombra junto al cuerpo... MATILDE.Mas al cabo... INÉS.Al cabo llego, y por dicha aquí me encuentro. ELEONORA.Respira, Inés, y sosiega. INÉS.Si no sé lo que se ha hecho... MATILDE.Al asilo de este techo su persecución no llega. INÉS.Es muy curioso y audaz... MATILDE.Desecha, Inés, ese susto... INÉS.Por salirse con su gusto, de todo es don Luis capaz. ELEONORA.Pero sin saber quién eres... INÉS.Por eso, es su afán mayor: siempre es otra la mejor, en tratando de mujeres. MATILDE.¿Y, sin embargo, le adoras? INÉS.Le adoro como a mi dueño; aun dormida, con él sueño. Pienso en él a todas horas. Curada ya me creía cuando en Nápoles le hallé, y al momento le entregué otra vez el alma mía. Se fue y la llevó consigo; quedando tan abatida que hasta el peso de la vida, cual carga odiosa, maldigo. De seguirle tuve intento, como a mi estrella fatal; pero la piedad filial despertó el remordimiento. Un padre enfermo y anciano me salvó de aquel abismo; que dejarle era lo mismo que matarle con mi mano... Mas libre apenas me vi, de aquella tierra me alejo, donde mil recuerdos dejo de la prenda que perdí; y no fue poca ventura recordar vuestra amistad y hallar en mi soledad quien temple tanta amargura. (Estrecha las manos de las dos.) MATILDE.Tu esperanza no fue vana; y mal lo pudiera ser, pues ganamos en tener en nuestra casa otra hermana. ESCENA III Dichas, y un CRIADO. CRIADO.Señoras, un caballero. INÉS.¿No lo dije?... MATILDE. Aguarda, Inés... ELEONORA.Pero sepamos quién es... CRIADO.Parece que es forastero... INÉS.Adiós. MATILDE. Pero escucha, espera... Me guardaré, por quien soy... ELEONORA.Pues yo con ella me voy. CRIADO.Ya sube por la escalera... MATILDE.No sé lo que deba hacer... ¿Mas cuándo he temblado así? CRIADO.¿Qué le digo? ¿Que entre? MATILDE. Sí. Recuerda que eres mujer. ESCENA IV MATILDE, DON LUIS. LUIS.Disculpad, señora mía, si descortés os parezco, ya que tan grata ocasión a mi buena estrella debo... MATILDE.Dejad, si a bien lo tenéis, cortesanos cumplimientos; y decid qué causa os trae... LUIS.Iba decirla primero; mas al veros, la memoria borró sus rudos conceptos; no sé si la voluntad tuvo alguna parte en ello... MATILDE.Muy pronto se echa de ver que no os falta entendimiento: Las tres potencias del alma tenéis, señor, por completo. LUIS.Con una entré, y ya me falta... MATILDE.¿La habéis perdido tan presto? LUIS.Me la han robado... MATILDE. ¿En mi casa? No hay piratas aquí dentro. LUIS.Hay quien robe corazones. MATILDE.Si quisierais, caballero, decir la causa o motivo que aquí os trajo. LUIS. Con efecto, iba a decirlo, y después..., disculpa al menos merezco, si habla tan poco la lengua, cuando siente mucho el pecho. MATILDE.¿Y qué sentimiento os trajo a honrar mi casa?... LUIS. Al momento voy a decirlo: yo vine de Portugal con objeto, de litigar una herencia... MATILDE.¿Sois natural de aquel reino? LUIS.Sí, señora; bien lo dicen los apellidos que tengo... MATILDE.¿Cómo os llamáis? LUIS. Juan de Silva, Andrade, Sousa, Coello... MATILDE.No sigáis; que ya se ve cuán noble es vuestro abolengo... ¿Y la herencia en qué paró? LUIS.Aún dura enredado el pleito. MATILDE.¿Y no podéis aveniros?... LUIS.Lo he intentado con empeño; pero en vano... MATILDE. Los curiales tampoco son aquí buenos; como en Portugal... LUIS. Lo mismo... Sólo viven con enredos. MATILDE.¿Y en qué puedo yo serviros? LUIS.Es el caso que saliendo esta mañana temprano, al volver he echado menos a una negrita que traje del Brasil... MATILDE. ¡Desde tan lejos! LUIS.Sí, señora; la reñí por un descuido ligero. Me irrité, se acobardó; y apenas la espalda vuelvo, se me escapa... MATILDE. ¡Qué diablura! LUIS.Y en un país extranjero, donde no conoce a nadie... MATILDE.Exponiéndose a mil riesgos... LUIS.De seguro. Estoy en ascuas. MATILDE.No es el caso para menos... ¿Y en qué puedo yo ayudaros? LUIS.Iba ha poco recorriendo las calles, por si la hallaba... MATILDE.Cuidado propio de un dueño... LUIS.Pasa una góndola, miro, y diviso un bulto negro... MATILDE.¿Se os figuró la esclavita?... LUIS.El aire, los movimientos... MATILDE.¡Cuánto puede la aprensión! LUIS.Lo que aumentó mis recelos fue el ver cómo se ocultaba... MATILDE.Casualidad... LUIS. Ni por pienso... MATILDE.¿Y creísteis que era ella? LUIS.Y aun ahora mismo lo creo. MATILDE.¿Mas dónde está? LUIS. Ella entró aquí... MATILDE.¿En mi casa? LUIS. Sí, por cierto. MATILDE.¡Raro antojo! LUIS. No, señora... Si la he venido siguiendo. Pues no está aquí. LUIS. Y aun ahora me parece que la veo... MATILDE.¿Dónde? LUIS. Allí... MATILDE. ¿Dónde decís? LUIS.Reflejada en ese espejo... MATILDE.¡Qué imprudencia! (Aparte.) Es aprensión. LUIS.Son vanos vuestros esfuerzos para negarlo... MATILDE. ¿Yo? LUIS. Sí: es propio de nobles pechos dar amparo a quien lo busca, y el buen corazón celebro; pero sobre haberla visto... MATILDE.Pues que formáis tal empeño en una cosa tan leve, os dejaré satisfecho sacándoos de vuestro error... LUIS.Mucho habré de agradeceros, si así lo hacéis... MATILDE. Sal, hermana... ELEONORA.(Dentro.) ¿Qué quieres? MATILDE. Que vengas luego. ELEONORA.(Dentro.) Ya voy. MATILDE. Como estés; no tardes. ESCENA V Dichos. ELEONORA. ELEONORA(Al salir.) Dispensadme, caballero... Yo creí que estabas sola... LUIS.(Aparte.) ¡Qué linda!... Ni a hablar acierto. MATILDE.¡Ya veis aquí la negrita!... LUIS.Fue error mío, lo confieso; pero un error tan feliz por mil verdades no trueco. MATILDE.Ya veis que no os engañe. LUIS.(Aparte.) ¿Si será la misma? Cierto... MATILDE.(Aparte.) Confuso está. LUIS. Me parece que os he visto, ha poco tiempo, en la plaza... ELEONORA. No, a fe mía; de ver a una amiga vengo. LUIS.Me engañó el traje, la voz... ELEONORA.¿Pues conocéis el acento tan pronto? LUIS. Es que algunos hay que van al alma derechos. ELEONORA.Con dominó y sin careta no sé cómo responderos; que el rostro pide verdades, y el traje sufre requiebros. LUIS.Ahora me afirmo en que sois la misma... ELEONORA. ¿En qué lo parezco? ¿En lo pardo de la voz? LUIS.En lo claro del ingenio. ELEONORA.Galán sois... LUIS. Hasta en los ojos... ELEONORA.¿Verdes, azules o negros? LUIS.Los vi bien... ELEONORA. ¡Quién lo dijera! ¡Vistos por dos agujeros! LUIS.No es menester mucho espacio para que penetre el fuego. ELEONORA.Si tan pronto lo sentís, lástima, señor, os tengo. MATILDE.Es hidalgo portugués, y son finos por extremo. ELEONORA.Yo lo hubiera adivinado al verle tan lisonjero. (Canta DOÑA INÉS, dentro.) INÉS.Cantarillo, que vas a la fuente, tente, tente... LUIS.¡Qué voz es ésta, Dios mío! MATILDE.¿Por qué os mostráis tan suspenso? LUIS.Al hablarme de mi patria... MATILDE.Os hizo mal el recuerdo... Es natural y muy propio de tan noble caballero. (Canta DOÑA INÉS.) INÉS.Una, dos y tres; y vuelve después... LUIS.Con efecto. (Aparte.) El corazón, sin querer, me ha dado un vuelco... En recordando la patria (En voz alta.) se siente un desasosiego... MATILDE.¿Es Lisboa como dicen? LUIS.Sí, señora; hermoso puerto... (Canta DOÑA INÉS.) INÉS.¡Cantarillo, si allá mucho vas, mira, mira que te romperás! ELEONORA.Parece os ha distraído la canción... LUIS. Soy muy afecto a la música... MATILDE. También cosa propia de aquel reino. LUIS.La letra parece linda, según de aquí la comprendo. ELEONORA.¡Pues aún más linda es la voz; se pega tanto aquel eco! LUIS.Alguna dama de casa... MATILDE.No, señor... LUIS. No suena lejos... MATILDE.Muy cerca... LUIS. Alguna vecina... ELEONORA.Vive pared de por medio; suele asomarse al balcón que da al canal, y tenemos la satisfacción de oírla al si estuviera aquí dentro. LUIS.¿La conocéis? ELEONORA. La hemos visto, y es hermosa con extremo. LUIS.¿De veras? ELEONORA. ¿Qué, sois curioso? LUIS.¿Por qué lo decís? ELEONORA. Sospecho que ya anheláis conocerla... LUIS.No he sentido tal deseo. ELEONORA.Lo creí... LUIS. No soy curioso MATILDE.Pues tenéis trazas de serlo... ELEONORA.La curiosidad no es culpa... LUIS.Pero fuera desacuerdo tener a la vista el sol y echar a la luna menos. ESCENA VI Dichos, UN CRIADO. CRIADO.Aquí han traído esta carta para un señor forastero... MATILDE.¿Pero no han dicho su nombre? CRIADO.A mí no me lo dijeron; sólo sí que estaba aquí y se la diera al momento. (Vase.) ESCENA VII MATILDE, ELEONORA y DON LUIS. MATILDE.Quizá será para vos... LUIS.Bien puede ser; mas no tengo el menor antecedente... MATILDE.Si es por mero cumplimiento, no os detengáis en abrirla... ELEONORA.Ya se ve que estáis deshecho... LUIS.Pues no la abro va. ELEONORA. ¿Por qué? MATILDE.¿Ves, hermana, lo que has hecho?... Y tal vez le importe mucho... LUIS.Ningún asunto aquí tengo... MATILDE.¿Y la negrita?... Quizá os dirán su paradero. LUIS.Tenéis razón... MATILDE. Pues abridla... LUIS.Si lo mandáis, obedezco... (Ellas hablan en secreto, dejando que lea la carta, y él lo hace para sí.) «Caballero, me habéis expuesto hoy mucho, y, sin embargo, os perdono con toda mi alma... Si queréis saber quién soy, venid a medianoche al canal inmediato y traed en la góndola un farol de varios colores...; es la única cosa en que os consentirá más de uno.-La dama desconocida.» Confuso estoy... ¿Quién será? (Aparte.) MATILDE.¿Pareció ya? LUIS. No, por cierto. MATILDE.Pues os habéis inmutado... LUIS.Es de un amigo que aprecio; ha tenido un lance y quiere le ayude con mis consejos. MATILDE.¡Cosas de mozos! LUIS. ¡Seguro! El tiene muy vivo el genio... MATILDE.Pero nada hay que temer estando vos de por medio. LUIS.Así lo espero, señoras, y con el permiso vuestro, me retiro... MATILDE. Idos en paz... LUIS.Sólo quisiera deberos una merced... MATILDE. ¿Cuál? Decid. LUIS.Que lo que sólo fue efecto del acaso, pueda yo a vuestra bondad deberlo. MATILDE.Honraréis mucho esta casa. LUIS.Yo seré el honrado en ello. ESCENA VIII MATILDE, ELEONORA y DOÑA INÉS. MATILDE.¡Gracias a Dios!... INÉS.(Al salir.) ¿Se fue? ELEONORA. Sí. MATILDE.¡Qué mentir! INÉS. No tiene igual... ELEONORA.Pues tú no lo hiciste mal... MATILDE.En tal apremio me vi... INÉS.A cuantas ve, quiere él... ELEONORA.Un embuste al vuelo forja... MATILDE.Las mentiras en alforja. INÉS.Los requiebros a granel... MATILDE.En engañar se entretiene... INÉS.Pues aún no sabéis sus mañas. ELEONORA.Tiene malditas entrañas. (La DONCELLA, que sale corriendo.) DONCELLA.¡Ay. señoritas, que viene!... (La DONCELLA atraviesa corriendo el teatro y se entra por una de las puertas laterales; DOÑA INÉS no tiene tiempo de irse y se esconde detrás de un biombo; las dos hermanos se quedan como turbadas y confusas.) ESCENA IX Dichas, DON LUIS LUIS.(Aparte.) ¿Quién se habrá ocultado allí? ELEONORA.(Aparte.) ¡Este español es el diablo!.. LUIS.Está empeñada mi suerte en que hoy he de molestaros... MATILDE.Lo que apellidáis molestia sólo proporciona agrado. LUIS.Al salir eché de menos el billete; busco en vano por la escalera y presumo si aquí me lo habré dejado... ELEONORA.Aquí no... MATILDE. Nada se ve... LUIS.Pues me importa mucho hallarlo. MATILDE.Ya sabéis su contenido... LUIS.Mas las señas he olvidado de la cita de mi amigo, y está en peligro si tardo... MATILDE.¿Y qué remedio? LUIS. Por fuerza ha de estar en este cuarto. ELEONORA.(Con inquietud.) No lo busquéis por ahí. MATILDE.Aquí estuvisteis sentado... LUIS.Como sopla de allá el viento, lo pudo llevar rodando. MATILDE.No está... ELEONORA. No os canséis en balde... LUIS.Yo, señoras, no me canso... ELEONORA.¿Qué vais a hacer? LUIS. No se cae; lo moveré con cuidado. ESCENA X Dichos. LA DONCELLA. DON LUIS abre el biombo y aparece escondida la doncella con dominó negro. MATILDE.¿Qué es esto? ELEONORA. ¿Qué haces aquí? DONCELLA.Vine de fuera hace rato... Y como fuí sin licencia... Y después escuché pasos... Y vino este caballero... LUIS.(Aparte.) Aquí hay misterio encerrado. MATILDE.Vete adentro, que después... LUIS.Señora, si vale algo mi intercesión, perdonadla... MATILDE.Es que tiene el mal resabio de escuchar... LUIS. No lo hará más: fiador de su enmienda salgo. MATILDE.Sólo por vos... ¿Lo has oído? DONCELLA.Yo no sé cómo pagaros... (Vase.) ESCENA XI MATILDE, ELEONORA y DON LUIS. LUIS.Por un disgusto tan leve mucho os habéis alterado. MATILDE.¿Yo? LUIS. Sí, señora, las dos; en vuestro rostro alternando lo pálido del jazmín, de la rosa lo encarnado. MATILDE.Esto sí que es echar flores... ELEONORA.Y echarlas con ambas manos. LUIS.Es tan sólo ser veraz... MATILDE.Ser cortés... ELEONORA. Y cortesano LUIS.Pues lo que siente mi alma es lo que dice mi labio. Con vuestro permiso ahora... MATILDE.Yo bien quisiera negarlo; mas recuerdo que el amigo estará inquieto aguardando... LUIS.Si no mienten las señales (Aparte, al irse.) ya encontré dignos contrarios... Pero yo saldré con gloria de este castillo encantado. ESCENA XII MATILDE, ELEONORA y DOÑA INÉS. INÉS.¿Al fin? ELEONORA. Sal... INÉS. Si no me atrevo: del susto estoy medio muerta... MATILDE.¿Vas a quedarte a la puerta? INÉS.¿Y si volviese de nuevo? (Sale.) ELEONORA.Al diablo en el cuerpo tiene. MATILDE.Es mago o saludador... INÉS.¿No escucháis ese rumor? ELEONORA.Alguien sube... INÉS. ¡Otra vez viene! (Salen las tres atropelladamente y dejan detrás a ELEONORA.) ESCENA XIII ELEONORA, STROZZI. STROZZI.¿Por qué así os vais, Eleonora? ELEONORA.¿Sois vos? STROZZI. ¿Tan mudado, estoy? Miradme, que el mismo soy; ¿no me conocéis, señora? ELEONORA.Mi hermana y la forastera aquí jugaban las dos... STROZZI.¿Y también jugabais vos? ELEONORA.¿Y qué mal en ello hubiera? STROZZI.¿Qué mal hubiera?... Ninguno: mas si estabais en tal juego, al sentirme venir luego, me tendréis por importuno. ELEONORA.¿Y quién lo dice?... Yo no... STROZZI.Vos lo habéis dicho al correr; que poco se anhela ver al que la fuga causó. ELEONORA.Hija fue del mero acaso y no de la voluntad... STROZZI.¿Fue también casualidad el acelerar el paso? ELEONORA.¿Pensáis que disculpas son? En verdad os compadezco... STROZZI.¿Pues qué, siquiera os merezco tan leve satisfacción? ELEONORA.El que duda, ofende ya. STROZZI.El que no duda, no ama... ELEONORA.El que duda de su dama incierto de su fe está... STROZZI.Incierto, no; receloso de que le roben su bien... ELEONORA.¿Quién ha de robarlo? STROZZI. ¿Quién? Quien lo halle también hermoso. ELEONORA.Dejad que él propio se guarde; que el que guarda desconfía... STROZZI.Y el que un tesoro a otro fía tal vez se arrepienta tarde. ELEONORA.Por guardarlo demasiado, quizá a robarle convida... STROZZI.Pero mientras tenga vida no temáis verle robado. ¿Quién salió de vuestra casa? ELEONORA.¿Qué decís? STROZZI. Que quién salió. ELEONORA.¿Por fuerza he de saber yo todo lo que en ella pasa? STROZZI.Esto lo sabéis... ELEONORA. ¿Por qué? STROZZI.En vuestro rostro lo leo... ELEONORA.Si es así, ya inútil creo el deciros que lo sé. STROZZI.Lo sabéis y lo calláis; motivo para ello habrá... ELEONORA.El motivo cesó ya, puesto que lo adivináis. STROZZI.Yo os lo exijo, yo os lo ruego: de esta duda me sacad... ELEONORA.¿A qué decir la verdad, si dudaréis de ella luego? STROZZI.¿Qué, no la queréis decir? ELEONORA.Rencilloso estáis, por Dios; pero son menester dos, y yo no quiero reñir. STROZZI.¿No lo decís?.. Pues os juro que no me veréis jamás... ELEONORA.¿Eso juráis? STROZZI. Nunca más. ELEONORA.Ahora os tengo más seguro. STROZZI.En vuestra gracia y belleza tenéis mucha confianza... ELEONORA.Antes fundo mi esperanza en vuestra propia flaqueza. STROZZI.Muy débil fuí, por mi vida; lo fui, mas ya no lo soy... ELEONORA.Pues no ha de pasar de hoy sin ver yo la recaída. STROZZI.Lo veremos... ELEONORA. ¿Os vais? STROZZI. Sí. ¿Qué queréis? (Volviendo.) ELEONORA. Yo nada quiero; se ausentaba un caballero y cortés le despedí. STROZZI.Dios os guarde. ELEONORA. ¿Va de veras? STROZZI.Mucho más que presumís... ELEONORA.Mirad que os arrepentís al bajar las escaleras. STROZZI.Si otra vez del umbral paso... Si jamás vuelvo a esta casa... ELEONORA.Pues de esta noche no pasa sin que me rondéis al raso. Acto tercero El teatro representa la orilla de un canal; es de noche; se ven casas y ventanas enfrente; una góndola como esperando ESCENA I SALPICÓN, BEATRIZ, en el traje del primer acto. El con los ojos vendados; un escudero se coloca en una esquina BEATRIZ.Ande más vivo... SALPICÓN. No puedo... BEATRIZ.¿Por qué así al miedo se entrega? SALPICÓN.Porque a la gallina ciega la he tenido siempre miedo. BEATRIZ.El sí que gallina es... SALPICÓN.Ni lo niego, ni lo callo: no blasono yo de gallo, y menos de gallo inglés. BEATRIZ.¿De qué nación es? De España. BEATRIZ.¿Y natural? SALPICÓN.De Alcaudete. BEATRIZ.¿De natural alcahuete? SALPICÓN.Nunca he tenido esa maña. BEATRIZ.Y el bellaco ¿a quién servía? SALPICÓN.A un caballero andaluz. BEATRIZ.¿Y nunca fue su arcaduz?... SALPICÓN.Soy torpe, y no me quería. BEATRIZ.Por culpa de él y su hermano emplumaron a su madre. SALPICÓN.¿Plumas? Las llevó mi padre, porque fue el pobre escribano. BEATRIZ.Pues también el muy bribón ha perdido a cien doncellas... SALPICÓN.¿Basta que lo digan ellas? ¡Qué calumnia, Salpicón! BEATRIZ.¿Salpicón? SALPICÓN. Así me llamo. BEATRIZ.Pues ya cayó en el garlito. SALPICÓN.¡Válgame San Agapito! BEATRIZ.Tan malo como su amo; en Nápoles engañó a la inocente Beatriz... SALPICÓN.¡Pues si era una fregatriz, y ella a mí me sonsacó!... BEATRIZ.Embustero, infame, toma. (Le da un bofetón.) SALPICÓN.¡Ay! Que me ha roto este diente. BEATRIZ.¿Con que no era ella inocente? SALPICÓN.Como una blanca paloma. BEATRIZ.Haga al punto contrición... SALPICÓN.¿Por qué? BEATRIZ. Porque a morir va. SALPICÓN.Me he dejado por allá el libro de confesión. BEATRIZ.¿Pues, no sabe sus pecados? SALPICÓN.Con mis deudas los apunto, y el diablo quiso que junto me los dejase olvidados... BEATRIZ.Haz examen de conciencia mientras resuelve el Consejo; y yo en este sitio te dejo, y vuelvo con la sentencia... SALPICÓN.¡Cuidado que tardes mucho!... BEATRIZ.¿Como cuánto? SALPICÓN. Siglo y medio. BEATRIZ.Si ya no tiene remedio... SALPICÓN.Es que yo no estoy muy ducho. BEATRIZ.A todo has de responder tan solamente sí o no. SALPICÓN.¿Y tampoco qué sé yo? BEATRIZ.Tampoco; no puede ser. SALPICÓN.¿Y si me pegan? BEATRIZ. Aguanta. SALPICÓN.¿Y si me matan? BEATRIZ. También. SALPICÓN.¿Y si me entierran? BEATRIZ. Amén. SALPICÓN.¡Pues tu caridad me encanta! (Llega el escudero apostado, y habla al oído a BEATRIZ; ella cla una vuelta a SALPICÓN y le coloca junto a un poste.) BEATRIZ.(Al irse.) ¡No llegues a las orillas, que está el canal junto a ti! SALPICÓN.No me moveré de aquí, y os aguardaré en cuclillas. (Colócase de esta suerte; los dos se van, y por el lado opuesto sale DON LUIS embozado.). ESCENA II DON LUIS y SALPICÓN. LUIS.¡Noche plácida y serena, cómo me hechiza tu calma deleitosa; exento el pecho de pena, gustando a placer el alma paz sabrosa! Sólo se escucha el rumor del agua y brisa suave. Dulce y blando; o el canto del pescador, o el ala fugaz del ave, revolando. Gima preso de un cabello quien de amor se rinde al yugo, vil cautivo; yo libre ostento mi cuello, libre al cielo hacerme plugo, libre vivo. Inconstante corre el río, inconstante sopla el viento, hierve el mar; y fuera gran desvarío, voluntad y entendimiento esclavizar. De los cielos las estrellas y de los campos las flores contar quiero; y en igualándose a ellas mis galanteos y amores, feliz muero. Un bulto diviso allí... (Reparando en SALPICÓN.) ¿Quien va a allá? SALPICÓN. No va ni viene. (En voz baja.) LUIS.¿Por qué en hablar se detiene? ¿Quién es?... ¿No responde? SALPICÓN. Sí. LUIS.Responda pronto, o si no... SALPICÓN.Pero si ya respondí... LUIS.Solamente ha dicho sí. SALPICÓN.Pues ahora digo que no. LUIS.Respóndame o le atravieso, clavándole contra el poste... SALPICÓN.Si no digo oste ni moste, y a mis solas me confieso... LUIS.¿Se burla o está beodo? SALPICÓN.Ni lo estuve ni lo estoy... LUIS.¿Mas quién es? SALPICÓN. Ni sé quién soy... Que se me ha olvidado todo. LUIS.Yo veré... SALPICÓN. ¡Por Dios! ¡Por Dios! LUIS.¡Salpicón! SALPICÓN. Y salpicado; que las calzas me he mojado, y no ha sido de la tos. LUIS.Pero ¿quién aquí te trajo? SALPICÓN.No lo sé... LUIS. ¿Qué iban a hacerte? SALPICÓN.Dijeron que a darme muerte y a colgarme de espantajo... LUIS.Burlarse de ti quisieron al mirarte tan simplón. SALPICÓN.¿Y fue burla el bofetón que a buena cuenta me dieron? LUIS.Cálmate, no tengas pena; seguro a mi lado estás... SALPICÓN.¡Y me dejó cual Jonás, tragado por la ballena! LUIS.No digas tanta simpleza, y escucha... Tú aquí me aguardas. SALPICÓN.Pero, señor, ¿y si tardas, y vuelven por mi cabeza? LUIS.Calla, necio. SALPICÓN. Callo, sabio. LUIS. Quédate con esta daga. SALPICÓN.Pero ¿qué quieres que haga? LUIS.Reparar cualquier agravio. SALPICÓN.Yo los agravios perdono, porque soy muy buen cristiano. LUIS.Pues si me irritas, villano, aquí solo te abandono. SALPICÓN.Cuanto me mandéis haré. LUIS.Si viniere gente, avisa... SALPICÓN.¿Y si viene muy de prisa? LUIS.Yo al momento acudiré... ¡Silencio, que da una hora!... (Suena un reloj de iglesia.) Las doce son... SALPICÓN. Menos cuarto, y yo de ti no me aparto... LUIS.No me detengas ahora. ¡Ah del barco!... Arrima aquí... Ya, desconocida dama, tu pecho inquieto me llama; lástima tengo de ti. (Entra en la góndola y aparece en la popa un farol de colores; se encamina a colocarse cerca de la pared que cae al frente.) ESCENA III Dichos, DOÑA INÉS, a una ventana. INÉS.(Canta.) Farol de muchos colores en un galán sienta mal; que tal vez es la señal de tener muchos amores... Uno sólo, uno sí, y ése para mí. LUIS.Para vos, señora mía, para vos sola será. INÉS.¿Quién me grita desde allá? LUIS.Que lo adivinéis quería. ¿Nada os dice el corazón? INÉS.¿Razón?... Tenerla procuro, como está tan alto el muro, llega muy confuso el son... LUIS.Decirme habéis ofrecido... INÉS.¿Ido? LUIS. ¿Cuál es vuestro nombre? INÉS.¡Que me fíe yo de un hombre!... ¿Y si es falso y fementido? LUIS.Os juro que será fiel... INÉS.¡Hiel!... Eso sí me dará. LUIS.Esclavo vuestro será. Será lo que quiera él. LUIS.La voz se la lleva el viento. INÉS.Por eso no hay que fiar, que puede el viento llevar también vuestro juramento. Con la sangre de mis venas... INÉS.¿Penas?... Las que me traeréis. LUIS.Mientras viva me tendréis cautivo en vuestras cadenas. INÉS.¿Acaso no tenéis dueño? LUIS.Nunca di mi libertad. INÉS.¿Y ahora en esta oscuridad queréis formar tal empeño? Por esas luces divinas, que alumbran el firmamento... INÉS.Vuestra voz se lleva el viento a casa de mis vecinas. LUIS.Donosa sois por demás. INÉS.¿Más quisierais todavía? LUIS.Una tan sólo querría... INÉS.Y las que vengan detrás. LUIS.Un Dios, un rey y un amor: ésa, señora, es mi ley. INÉS.Pero antes que muera un rey ya le ponéis sucesor. LUIS.Tal vez, por hacerme daño, alguien sin razón me infama. INÉS.Cierto: tenéis esa fama; cada palabra un engaño. LUIS.Decidme dónde he de veros sin que de esta suerte sea. INÉS.¿Y si os pareciere fea? Sintiera mucho perderos. LUIS.Bien me dice el alma mía que es mucha vuestra beldad... INÉS.Pero nunca la verdad iguala a la fantasía. LUIS.Pues dadme vuestro retrato y le guardaré en mi pecho. INÉS.Estará en él muy estrecho y va a pasar muy mal rato. LUIS.Seguro en mi pecho queda, os lo juro por mi fe. INÉS.Pero yo recelaré que está en pública almoneda. LUIS.Yo sé cómo lo repita: uno es mi amor, como el sol. INÉS.Allí asoman un farol y tiene trazas de, cita... LUIS.No adivino lo que sea... INÉS.Ni yo lo alcanzo tampoco. LUIS.Cosa es de volverme loco... INÉS.Pues ya la dama os cecea... LUIS.A mí, no... MATILDE(Desde una ventana.) Don Juan... INÉS. ¿No oís? Acudid pronto al reclamo. LUIS.Es que yo así no me llamo... INÉS.Pues ¿cómo os llamáis? LUIS. Don Luis... ELEONORA.(Asomando otro farol a otra ventana.) Don Luis... INÉS. ¡Adiós!... Ya salió otra querida a campaña... LUIS.Cosa más rara y extraña en la vida me pasó. INÉS.Confuso está. ¿Por qué calla? LUIS.Porque siquiera comprendo... INÉS.Pues yo, a mi pesar, entiendo por qué turbado se halla. Un Secreto le fié, pero en su pecho no cupo. LUIS.Pues nadie en el mundo supo... INÉS.Harto a las claras se ve... Y no solamente a una. LUIS.¡Yo! INÉS. Lo dijisteis a varias; ya veis que con luminarias celebran vuestra fortuna. LUIS.No sé lo que pueda ser; mas que se seque mi lengua... INÉS.Es que no tenéis a mengua el mentir a una mujer. LUIS.Exigidme pruebas... Todas os las daré, por mi vida. INÉS.¿Y si otra dama os convida? Sois perro de muchas bodas. Ya otra vez vuelve el ceceo. LUIS.¿Qué pruebas queréis de mí? INÉS.También cecean allí... Es un dúo, según veo. LUIS.Al pie de vuestro balcón permaneceré constante. INÉS.No verán vuestro semblante; no tengo iluminación. LUIS.Ninguna falta hace el sol con la luz de vuestros ojos. INÉS.Pues yo, por daros enojos, voy a sacar mi farol. (Saca otro farol.) SALPICÓN.(Mirando al canal.) ¿Qué será esta novedad? Una, dos, tres luces vi; si mi amo sigue así, se ilumina la ciudad. ESCENA IV Los MISMOS y STROZZI, paseándose lentamente; viene embozado y se muestra caviloso. STROZZI.Amarga hiel de los celos, sal ¡ay! de mi corazón, ya que los airados cielos sin muestras de compasión ven mis ansias y desvelos. Yo hallé una divina flor, la escondí, incauto, en mi seno; y al besarla con amor, derramó letal veneno y sentí vivo dolor. Me cautiva su hermosura, y su hermosura me mata, y tal es mi desventura que si el sol de verla trata celos me da su luz pura. Con los celos mi amor crece, cuando algún mortal la mira, marchitarla me parece... Si el aire mismo la mece, celos el aire me inspira. ¿Pero qué es esto? ¿Qué veo? Una góndola allí está... Y aquí hay un bulto. ¿Quién va? SALPICÓN.(Aparte.) De ésta tenemos solfeo. ¡Señor!... ¡Señor!... (Llamando a su amo.) STROZZI. ¿Por qué grita? Responda al punto quién es. SALPICÓN.Yo se lo diré después; que tengo una tos maldita. STROZZI.Responda pronto; no tarde... SALPICÓN.Aquí diviso unos remos... Esta traza aprovechemos, que tal vez será cobarde. (Ahuecando la voz.) ¡Si se mueve un solo paso!... STROZZI.¿Qué vas a hacer, baladí?... SALPICÓN.Si, se acerca más a mí, con el mosquete le abraso... (Apuntando con el remo colocado sobre un poste.) STROZZI.Armas desiguales son; saca la espada, villano. SALPICÓN.Y si aquí lo hallara a mano os apuntara un cañón. STROZZI.Pues ni eso te ha de valer... SALPICÓN.Tened, mirad que hago fuego... ¡Pum!... STROZZI. Como me yerres, luego... SALPICÓN.Antes echaré a correr. (Tira el remo y echa a huir.) ESCENA V DON LUIS y STROZZI. LUIS.¿Quién insulta a mi escudero? STROZZI.¿Y quién habla tan ufano? LUIS.El que jamás habló en vano, trayendo al lado el acero. STROZZI.Quién sois vos he de saber y a quién estabais hablando... LUIS.Trabajo, señor, os mando; soy mudo y no puede ser. STROZZI.Hablar os hará mi espada; ya la tardanza me enoja. LUIS.Mi respuesta en esta hoja traigo al intento grabada. (Riñen.) STROZZI.Muy diestro sois, ¡vive Dios!... LUIS.Guardo mi pecho, en efecto, porque está en él mi secreto, y lo recato de vos. STROZZI.(Arremetiendo.) Pues yo os lo sabré arrancar. LUIS.Cuenta que el furor no os ciegue, que como mi vez me llegue, no volvéis a preguntar. STROZZI.No estoy de furor tan ciego... LUIS.Pues aún más lo parecéis... STROZZI.Ahora mismo lo veréis... INÉS.¡Fuego!... ¡Por Dios! MATILDE. ¡Fuego! ELEONORA. ¡Fuego! LUIS.Favor demandan allí. aguardad unos momentos... STROZZI.Aun los mismos elementos se conjuran contra mí. (Suena rumor de pasos.) LUIS.Si no me engaña el oído, gente viene y va se acerca. STROZZI.Seguidme vos, que aquí cerca hay un paraje escondido. LUIS.Donde gustéis, id delante. STROZZI.Pronto, que llegan. LUIS. Ya voy. ¿No queréis saber quién soy? Pues os lo diré al instante. STROZZI.Mi pregunta llevo puesta otra vez en esta punta. LUIS.Sin aguardar la pregunta os daré yo la respuesta. Acto cuarto El teatro representa una sala de casa de DON LUIS; en el fondo una puerta de cristales; a cada lado otras dos, una de ellas se supone que conduce a la calle, y las demás a los aposentos interiores. ESCENA I SALPICÓN. Está sentado al lado de la puerta de enfrente, junto a una mesa, en que habrá un gran frasco de vino y un canastillo con hilas y vendas. SALPICÓN.¡He aquí el fruto del valor!... Bendito sea el miedo, amén; se pasa la vida bien y no se ofende al Señor. Aun si se vendiera el cuero. más el cobarde valdría, porque nadie compraría pellejo con agujero. ¡Pardiez! Si anoche la echo de valentón, él me raja. me ahorro el gastar en mortaja y me hallo el entierro hecho. Fortuna que solamente al amo le dio un pinchazo; y aun así me duele el brazo cual si fuera yo el paciente. Tantas vendas, tanto trapo, tanto vino con romero... ¿Y por qué, gran majadero? Por quererla echar de napo. (Tomando un frasco de vino que habrá sobre una mesa.) Paizano (que ambos al fin zemos de la Andalucía), ¿cabe mayor bobería que meterse a espadachín? Tú no naciste en Jerez para enjuague de botica; y el que a una herida te aplica no te probó ni una vez. (Bebe.) ¡Qué, dejo tiene y qué aroma! Si fueras a Berbería tu olor sólo acabaría con la secta de Mahoma. Otro bezito, y laus Deo... Este sí que es anteojo: la boca apenas remojo y ya mil estrellas veo. Bendito sea Noé, el que las viñas plantó: si él en Jerez no nació, andaluz al menos fue. ESCENA II STROZZI, SALPICÓN. STROZZI.Escudero... SALPICÓN. ¿Quién me llama? STROZZI.¿Puedo ver a tu señor? SALPICÓN.Le ha dado un leve dolor y se halla postrado en cama. STROZZI.Vano cumplido no es, que mucho el verle me importa: la molestia será corta... SALPICÓN.¿Y si me riñe después? STROZZI.No temas, que no hará tal. SALPICÓN.Pero si voy, ¿qué le digo? STROZZI.Que le, busca aquí el amigo a quien vio junto al canal. ESCENA III DON LUIS, STROZZI, SALPICÓN. LUIS.(Al salir de la alcoba.) ¿Quién es? STROZZI. ¿No me conocéis? LUIS.Me parece... STROZZI. Con efecto. LUIS.(A SALPICÓN.) Vete afuera y nadie entre sin que me avises primero. ESCENA IV DON LUIS, STROZZI. Siéntanse. STROZZI.Tal vez tachéis este paso de importuno o de indiscreto; mas sabed que sólo es hijo de un hidalgo sentimiento. LUIS.No lo dudo. STROZZI. Y para prueba, de decir no me desdeño, que a daros satisfacción, como debe un noble, vengo. LUIS.Como noble os condujisteis: ni os culpo yo ni me quejo; la suerte sola da el triunfo en las guerras y en los duelos. STROZZI.Mas sin causa os provoqué y eso mismo es lo que siento; que sin razón nunca debe desenvainarse el acero. LUIS.Mucho os honra ese lenguaje; y con lisura os confieso que más que anoche valiente, os mostráis hoy caballero. STROZZI.Un acaso desgraciado me condujo a vuestro encuentro; cosas de la edad, señor; y pues sois mozo y discreto disculparéis las locuras hijas de amor y de celos. LUIS.Disculpas no han menester, que quien se muestre severo o ya es un santo en la tierra o alma no tiene en el cuerpo. STROZZI.Con tan corteses razones me aliviáis de un grave peso, siendo el juez más indulgente que consigo mismo el reo. Tan ciego estaba de ira que yo propio me avergüenzo, y con sangre de mis venas borrara mi desacuerdo. LUIS.No prosigáis... STROZZI. Mas al punto que os vi herido, no sabiondo si era o no mortal el golpe, me quedé de mármol ni aun a hablaros acerté; me alejé confuso, incierto, cual si fuese un homicida lleno de remordimientos... LUIS.Os ruego que no sigáis... STROZZI.Dejadme hacer lo que debo, que quien confiesa su falta, él propio lava su yerro. Apenas di algunos pasos, otra vez al sitio vuelvo, con intención de llamaros y ayuda y brazo ofreceros; mas sólo como una sombra os divisé desde lejos, y hasta vuestra propia casa os vine, señor, siguiendo. En vano, vuelto a la mía, quise conciliar el sueño... El que ha derramado sangre no puede dormir sereno. Eterno me pareció de la noche el corto resto; eterno el amanecer, y cada minuto eterno. Aún no bien apuntó el día, a vuestra casa me acerco; llego a la puerta y me paro, quiero llamar y no puedo; me parece a cada instante que oigo gemidos, lamentos; y sin conoceros bien os miro y os toco muerto. Por fortuna indagar pude que fue mi desgracia menos... Mía la llamo, señor, porque más que vos la siento. LUIS.Muy bien asientan a un noble tan generosos afectos; y aun ganan en vuestra boca al salir de vuestro pecho. Mas os pido por merced que no volváis a hablar de ello: si la queja ha muerto ya, ¿a qué avivar el recuerdo? STROZZI.Tanta bondad y fineza no sé cómo agradeceros: esclavo vuestro seré. LUIS.Esclavo no, sino dueño... STROZZI.Si vuestra amistad consigo... LUIS.Mi mano en prueba os ofrezco. STROZZI.La acepto con alma y vida, y a mi corazón la llevo. ESCENA V Dichos. SALPICÓN. SALPICÓN.Señor... LUIS. ¿Quién es? SALPICÓN. Una dama con el rostro tan cubierto, que ni se le ven los ojos... STROZZI.Sintiera seros molesto... LUIS.A mí no, ni sé quién sea; como hace tan poco tiempo que he llegado a esta ciudad... STROZZI.Pero no es en ella nuevo que lo que anhelan sus hijos lo alcancen los forasteras. LUIS.Aún no parecéis curado de vuestro achaque de celos... STROZZI.Pero si durase el mal, la amistad dará el remedio. (Levantándose.) Me voy, con vuestro permiso... LUIS.¿Por qué os queréis ir tan presto? STROZZI.Es que tal vez esa dama os querrá hablar en secreto. SALPICÓN.En la antesala está ya. STROZZI.Salir sin verla no puedo... LUIS.Pues mientras le hablo un instante entrad en ese aposento. (Entra por una de las puertas laterales.) ESCENA VI DON LUIS, LAURA. LUIS.Ya descubriros podéis. LAURA.¡Me cuesta tanta vergüenza! LUIS.Siendo linda, como creo, locura fuera tenerla; que la vergüenza mayor en la mujer es ser fea. ¡Animo, pues! LAURA. No me atrevo... Me quedaré con careta. Leed la carta cuanto antes y llevaré la respuesta. LUIS.¿Y de parte de quién viene? LAURA.En ella vendrán las señas. LUIS.Hermosa ha de ser la dama teniendo tal mensajera. LAURA.Para quien de todas gusta no ha menester ser muy bella. LUIS.¿Y quién os ha dicho tal? LAURA.Es que vuestra fama vuela. LUIS.El juicio me han de volver las mujeres de Venecia. (Lee.) «Desde anoche estoy hecha un mar de confusiones... He procurado indagar y me han dicho que estáis herido... Sacadme cuanto antes, sacadme de esta incertidumbre, porque es un dogal que me ahoga.» (Aparte.) Viene la carta sin firma y no acierto de quién sea. Preciso será con arte desenredar la madeja. (Hablando con LAURA.) ¿El billete es de tu ama? LAURA.Sí, señor. LUIS. ¿Te lo dio ella? LAURA.No señor. LUIS. ¿Pues quién? LAURA. El paje. Me dijo que lo trajera. LUIS.¿Pero de parte de quién? LAURA.Eso el billete lo reza. LUIS.Pues no lo dice. LAURA. Un olvido por escribirlo de priesa... LUIS.¿Pero a ti qué te mandaron? LAURA.Que llevase la respuesta. LUIS.¿Nada más? LAURA. Que fuera pronto. LUIS.¿Y a quién la has de dar? A ella. LUIS.¿Y quién es ella? LAURA. Mi ama. LUIS.¿Y quién es tu ama? LAURA. La mesma. LUIS.¿Cuál, di? LAURA. Si lo he dicho va. La que os ha escrito la esquela. LUIS.¡Pues quedo bien enterado! Me harán perder la paciencia. (Aparte.) Por si es sobra de malicia lo que parece simpleza, voy a ponerle un esparto por si en la liga se pega. (Dirigiéndose a ella.) Aguarda, que pronto vuelvo. LAURA.Ved, señor, que estoy deshecha. LUIS.Al momento te despacha: voy a poner cuatro letras. ESCENA VII LAURA, sola. LAURA.¡Gracias a Dios que se fue! Si un punto no más me aprieta, me enreda con sus preguntas y en el garlito me pesca. Sudando del susto estoy, y la cara un ascua hecha: al menos estos instantes quiero respirar siquiera... Pero, ¡tate!, que quizá muy taimado me acecha, y aún me parece que adrede dejó entornada la puerta. Por sí o por no, al señor mío no le valdrá su cautela, y para picarle más le he de dar mayor dentera. (Se quita la careta con mucho cuidado, vuelta la espalda por donde DON LUIS se fue; por el opuesto la está observando STROZZI, y luego sale.) ESCENA VIII LAURA, STROZZI. LAURA.¡Al fin respiro! STROZZI.(Saliendo de improviso.) ¿Eres tú? LAURA.¡Jesús!... STROZZI. Calla, y no me pierdas. LAURA.Yo... Sí... No... STROZZI. Di, ¿a qué has venido? LAURA.Yo vine... STROZZI. Pronto, y no mientas. LAURA.Pues, como digo, yo vine... STROZZI.¿A qué? LAURA. Si me dejáis suelta yo lo diré... STROZZI. ¿A qué? LAURA. Venía... Me mandaron que viniera... Y vine, porque ya el paje iba a venir con la esquela. STROZZI.¿De quién es? ¿De Eleonora? LAURA.No, señor. STROZZI. Miente tu lengua. LAURA.Si la escribió la viuda. STROZZI.¿Y quién te la ha dado? LAURA. Ella. STROZZI.¿A ti? LAURA. Y en mi propia mano. STROZZI.¿Dónde? LAURA. En la misma escalera. STROZZI.¿Quién lo vio? LAURA. Nadie. STROZZI. ¿Y su hermana? LAURA.Ni siquiera lo sospecha. STROZZI.Tú me engañas... LAURA. No, por cierto. STROZZI.Dame al menos una prueba. LAURA.Pero ¿qué prueba queréis? STROZZI.Una. LAURA. ¿Pero cuál? STROZZI. Cualquiera. LAURA.¿Os bastarán vuestros ojos? STROZZI.¿Qué dices? LAURA. Que vais a verla. STROZZI.¿Dónde? LAURA. Aquí. STROZZI. ¿Cuándo? LAURA. Ahora mismo. STROZZI.¿Hablas de veras? LAURA. De veras. STROZZI.El alma y vida me vuelves; yo premiaré tu fineza... LAURA.¿Para qué? STROZZI. Mas sí me engañas, mira cine de mí te acuerdas. LAURA.No os engaño. STROZZI. ¿No? LAURA. Os lo juro. Ocultaos pronto, que llegan. (Entra de prisa por la misma puerta que antes.) ESCENA IX DON LUIS, LAURA. LUIS.¿He tardado mucho? LAURA. No. Aquí está ya la respuesta... ¿Qué tienes que estás turbada? Mucho la mano te tiembla. ¿Es muy blanca? LAURA. No, señor... LUIS.Pues déjame al menos verla. (Al dar le la carta le levanta el tafetán de la careta.) LAURA.¿Qué hacéis? LUIS. Haber satisfecho mi curiosidad a medias. ¡Lo que es la barba es muy linda, con su hoyito por más señas! ESCENA X Dichos, SALPICÓN. SALPICÓN.¡Señor!... LUIS. Siempre este idiota al punto preciso llega... ¿Qué traes? SALPICÓN. Yo no traigo nada. LUIS.¿Pues quién te ha dicho que vengas? SALPICÓN.Otra señora está ahí... LUIS.¡Otra señora! SALPICÓN. Por fuerza, si aquí dentro tenéis una, otra ha de ser la de afuera. LUIS.(Aparte.) ¿Será la desconocida? LAURA.¿Qué hago yo? SALPICÓN. ¿Qué digo? LUIS. Espera. LAURA.Pero resolved: ¿qué hago? LUIS.(Aparte.) Más valdrá que no la vea... LAURA.¿Me voy o me quedo? LUIS. Entraos, antes que los pasos sientan... LAURA.¿Pero por qué he de ocultarme? LUIS.Lo primero es la decencia. (La mete en un cuarto y cierra la puerta.) Corre, ve, y dile a esa dama... (Vase SALPICÓN.) Según los lances se enredan, herido, y todo, es preciso sacar fuerzas de flaqueza. ESCENA XI DON LUIS y DOÑA MATILDE, con dominó y careta. LUIS.¿Tanta dicha por mi casa? MA-11LDE.No os traigo tanta ventura, que en vano darla procura quien la tiene muy escasa. LUIS.¿Escasa dicha tenéis? MATILDE.Escasa no, que es ninguna... LUIS.Si tenéis poca fortuna por fuerza hermosa seréis. MATILDE.Ni hermosa soy ni feliz, que el cielo por sólo don me dio un tierno corazón que me hace aún más infeliz. LUIS.(Aparte.) Si no me engaña el acento... Mas ¿cuál de las dos será? Por sí o por no convendrá asentar el pie con tiento. (Hablando con ella.) Si sensible os hizo el cielo no fue para vuestro mal, que también es manantial de ventura y de consuelo. MATILDE.¡De consuelo para mí!... De tristeza y de dolor, que hasta se seca la flor que con mis manos cogí... LUIS.En vuestras manos florece, y con su aliento recrea, el monte y prado hermosea y hasta el cielo ufana crece. MATILDE.Ved que no habláis con mi hermana. LUIS.Sé muy bien que hablo con vos. Mas ¿cuál será de las dos? (Aparte.) MATILDE.Yo marchita y ella ufana... LUIS.Os conocí en el acento. MATILDE.Dadme una seña siquiera. LUIS.Que necio en dárosla fuera, porque me diréis que miento. STROZZI.(Abriendo una ventana.) ¿Qué miro? ¿Será Eleonora?... Hasta el aliento me falta; pero parece más alta... Más baja parece ahora. LUIS.Sois de las dos la más bella; ya veis que no tengo duda. MATILDE.¿La doncella o la viuda? LUIS.La viuda o la doncella. MATILDE.¿La viste ayer de mañana? LUIS.Y el corazón me robó. MATILDE.Pues entonces no soy yo; me equivocáis con mi hermana. STROZZI.(Desde la ventana.) Si no aclaro mis recelos en la duda me deshago; pero aquí, infeliz, ¿qué hago? Quemarme de amor y celos. LUIS.Sin ver vuestra hermosa faz no me alzo de vuestros pies... (Hinca una rodilla.) MATILDE.¿Qué hacéis? STROZZI.(En la ventana.) Si la ingrata es, llevose el diablo la paz. LUIS.Mostradme ese rostro bello; y así aplacaréis mi mal... MATILDE.¿Se estila eso en Portugal, señor de Souza y Coello? LUIS.Se estila morir de amor... MATILDE.Y costumbre antigua es: la vida le costó a Inés el amor a su señor. LUIS.Pues ni don Pedro la amó como yo os amara fiel. MATILDE.Pero vivo quedó él, y con luces le pagó. LUIS.Vuestro ingenio soberano aún más que sois vos me aclara: mostradme esa hermosa cara, dejad que bese esta mano. MATILDE.¿Qué hacéis? Mirad que me enojo. LUIS.¡Tened compasión de mí!... STROZZI.(Sacando afuera medio cuerpo.) Si es ella y dice que sí por la ventana me arrojo. MATILDE.(Al oír pasos.) Gente suena. LUIS. Es ilusión; nadie vendrá, yo respondo... MATILDE.¡Que llegan! ¿Dónde me escondo?... LUIS.Entrad... ¡Perdí la ocasión! ESCENA XII DON LUIS, SALPICÓN, BEATRIZ disfrazada de mora vieja. ¿Quién osa entrar de esta suerte? SALPICÓN.¿Quién?... Esta maldita esclava... Como no entiende la lengua se entró como por su casa. LUIS.¿Qué traes? (Al notar las señas.) ¿Que me quede solo? SALPICÓN.Pues la tal mora es alhaja; a alcuzcuz huele a una legua, y muda, que es otra gracia. ¿Te la cortaron? LUIS. Sal pronto. SALPICÓN.(Al notar las señas que le hace, BEATRIZ de que a él era a quien habían de cortar la lengua.) A ti y a toda tu casta. ESCENA XIII DON LUIS y BEATRIZ. LUIS.Inquieto estoy al abrirla... ¿No lo dije? Es de la dama desconocida... Veamos lo que me, dice en su carta. (Lee.) «Estoy sin mí desde anoche; así que os alejasteis, me dio un vuelco el corazón, anunciándome alguna desventura... Oí a poco el ruido de las espadas y me quedé muerta. Apenas tuve aliento para dar el grito de fuego, por si lograba impedir aquel lance. Me he informado después y sé que estáis herido... Una palabra, una palabra siquiera, escrita con vuestra propia mano; porque hasta verla con mis propios ojos no vivo. «P. D. Si no peligra vuestra salud, y tenéis curiosidad de conocerme, mañana al mediodía venid a casa de mis vecinas; allí me cercioraré de si son o no sinceras vuestras palabras para fundar en ellas la felicidad de mi vida.» Por quien soy que en tantos años no vi aventura más rara; pero he de seguir el hilo hasta ver en lo que acaba. ¿Y qué arriesgo? La infeliz se ve que loca me ama. ¿Pues qué culpa tengo yo si en el anzuelo se clava? Le diré que sí; que iré... ¿Y si están las dos hermanas? Mejor, la pasión se enciende; los celos soplan la llama; y mientras arden las tres, mi amor en humo se escapa. ESCENA XIV Dichos, SALPICÓN. SALPICÓN.(Al salir corriendo.) ¡Señor! ¡Señor! LUIS. ¿Estás loco? SALPICÓN.Perdidos somos. LUIS. ¿Qué hablas? SALPICÓN.De esbirros y de alguaciles está la casa cercada... LUIS.Deliras o estás borracho... SALPICÓN.Los vi desde la ventana y son más de veinte mil. LUIS.¡Infame! (Suenan golpes.) SALPICÓN. Ved cómo llaman. LUIS.(Suspenso y dudoso.) ¿Quién será? SALPICÓN.(Viendo a BEATRIZ que hace señas.) ¿Que a mí me ahorcan? Pues a ti, perra, te empalan. LUIS.Voy a ver. (A BEATRIZ.) Aguarda aquí. (Vase por la puerta que conduce a la calle.) ESCENA XV BEATRIZ, SALPICÓN. SALPICÓN.¿Qué dices tú?... ¡Jala!... ¡Jala!... Si no te explicas más claro yo no te entiendo palabra... ¡Ah! Ya caigo: ¿que te esconda BEATRIZ.(Hace señas que sí.) SALPICÓN.Pues métete en esa sala. ESCENA XVI DOÑA MATILDE, LAURA, BEATRIZ, DON LUIS, STROZZI y SALPICÓN BEATRIZ. ¡Ay! SALPICÓN. No grites, que nos pierdes... Entra por aquí... Despacha... BEATRIZ.¡Ay! SALPICÓN.¿También?... Pues ¡vaya! Aquí... Está de parto la casa. (BEATRIZ va a entrar por la puerta más cercana, que estará a la izquierda de los espectadores, y sale MATILDE. Se dirige después a una de las puertas de enfrente y sale la doncella. LAURA. Viene corriendo a la inmediata, y sale por último STROZZI.) ESCENA XVII Dichos, DON LUIS. LUIS.¿Qué es esto? SALPICÓN. Quedamos dos, y se ha aumentado la casta. LUIS.No hay que azorarse, señoras; al cabo no será nada. Pero sea lo que fuere la astucia y arte nos valga. STROZZI.Si es a mí acaso al que buscan, yo nunca escondo la cara; que a quien nació caballero los peligros no acobardan. LUIS.¿Y qué lograrais con eso? Antes cuidad de estas damas; mientras os pongo yo en salvo, si ingenio y dicha no faltan. (Redóblanse los golpes.) SALPICÓN.Que echan abajo la puerta... LUIS.Entra y métete en mi cama. SALPICÓN.¡Yo! Como que estás enfermo, y cuenta con lo que hablas. (A BEATRIZ, acercándose a ella.) Ve tú y abre... Pronto... Corre... (Al oído.) Di que iré a verla mañana... Dejadme a mí... Saldré de ésta como he salido de tantas. (Los coloca como si estuviesen de risita; él se pone la capa, que estará sobre una mesa, cuidando de ocultar el brazo izquierdo, al acercarse el juez sale a su encuentro.) ESCENA XVIII MATILDE, LAURA, DON LUIS, STROZZI, EL JUEZ y algunos ministros de Justicia. La esclava que viene detrás. SALPICÓN en la alcoba, cuya puerta de cristales estará cerrada. LUIS.Perdón os pido, señor; fue involuntaria tardanza, porque nunca la Justicia halló mi puerta cerrada. JUEZ.Mi deber aquí me trae... LUIS.Y mi respeto lo acata. JUEZ.La verdad de vos exijo. Os la diré lisa y llana. JUEZ.Dos cerca de aquí riñeron anoche con las espadas; uno de ellos salió herido se refugió a esta casa; y aún dicen que el agresor también en ella se halla. (Después de luna corta pausa.) ¿Qué respondéis? LUIS. Que no en vano tanto en el mundo se ensalza el gobierno a que Venecia debe su poder y fama: a Dios imitar procura, que en todas parte se halla, sin que a sus ojos se oculté ni la más mínima falta. Pero en la ocasión presente no es extraño que llegara, abultada a sus oídos, ocurrencia tan liviana. Anoche pasé a deshora por una calle excusada (no era delito de Estado el que mis pasos guiaba). Un bulto vi en una esquina; pregunto quién es y calla; se mueve, me acerco, y pronto crúzanse las dos espadas; un milagro fue, señor, que de plano descargara el golpe; que si es de filo, acontece tina desgracia... Era mi pobre escudero, que inquieto con mi tardanza vino en mi busca y por poco mi error con su vida paga. Así fue cierto el aviso que os trajo a honrar esta casa, y el agresor y el lisiado juntos en ella se hallan. JUEZ.¿Dónde está vuestro escudero? LUIS.Por más que él lo repugnaba le obligué casi por fuerza a que guardase la cama. (Abre la puerta.) Vedle aquí. (Se acercan el JUEZ y los MINISTROS DE JUSTICIA.) SALPICÓN. ¿Son practicantes? Que me traigan calaguala. LUIS.Calla, necio. Con el golpe tiene un poco trastornada la cabeza; pero espero que esté ya bueno mañana. (Se retiran.) JUEZ.Con todo, será preciso que la información se haga por escrito... LUIS. Pronto estoy... Por escrito o de palabra. Pero permitid que ahora me despida de estas damas; que también la cortesía sus leyes y fueros guarda. Mucho siento este accidente, que tan pronto nos separa, sin dejarme iros sirviendo hasta vuestra propia casa; pero a bien que nuestro amigo de ello con gusto se encarga... ¿No es verdad? STROZZI. Con mil amores; aunque me duele en el alma el dejaros... LUIS. No os dé pena: la ausencia no será larga. Id con Dios... STROZZI. Adiós quedad... LUIS.(Viendo que BEATRIZ se queda.) ¿No ves que se van tus amas? (BEATRIZ echa a correr tras ellas.) LUIS.(Al JUEZ.) Si no os sirve de molestia pasemos a estotra sala. Acto quinto ESCENA I MATILDE, ELEONORA, DOÑA INÉS. MATILDE bordando; las otras dos jugando al ajedrez. MATILDE.Yo prefiero conservar la paz que goza mi alma. INÉS.Pero un día y otro en calma no alegra la vista el mar. Gusta ver hervir su seno que se encrespa y se alborota, que la playa inquieta azota, y vuelve a quedar sereno. MATILDE.¿Y si entre tanto en la orilla perece algún marinero? INÉS.Le olvida su compañero y lanza al mar su barquilla. TILDE.Muy enamorada estás. INÉS.Le amo con alma y con vida. y si fuera más querida pienso que aún le amara más. ELEONORA.Quizá no. INÉS. ¿Por qué razón? ELEONORA.No lo sé, pero es así; y yo, Inés, te juzgo a ti por mi propio corazón. El tuyo más se interesa por ser don Luis inconstante; yo poseo un fiel amante y a mí tanto amor me pesa. INÉS.Aun cuando fuese en mi daño, celoso a don Luis querría. ELEONORA.Si fuera tan sólo un día; ¡pero celos todo el año!... INÉS.Eso por tu amante aboga, y prueba su mucho amor. ELEONORA.Pero no abraza mejor quien tanto aprieta que ahoga. MATILDE.Ya veis si tengo razón; en el amor no hay contento: o es un continuo tormento o cansa su posesión. ELEONORA.Ese alfil vas a perder. INÉS.¡Estaba tan distraída!... Pero una vez advertida yo lo sabré precaver. ELEONORA.Las gracias me debes dar por mi aviso generoso. INÉS.Eso mismo hace el celoso y se anticipa a avisar. ELEONORA.Mas tal vez a un punto atiende y nuevo peligro corre... Ahora te quito esta torre, que a rey y a reina defiende. INÉS.No ganarás otra vez; por mi vida te lo juro. ELEONORA.Es juego poco seguro el amor y el ajedrez. INÉS.(Levantándose.) Yo no sé lo que será; ¡mas siento un desasosiego!... MATILDE.¿Esperas que venga luego? INÉS.Y aún pienso que tarda ya. ¿Si estará tal vez peor y se habrá quedado en cama? ¿Si habrá visto a alguna dama y en busca irá de su amor?... Esto no es vivir... MATILDE. Resuelvo llevar palma de viuda. ELEONORA.Inés, yo en caso de duda a mi celoso me vuelvo. ESCENA II MATILDE, ELEONORA, DOÑA INÉS, LAURA, BEATRIZ. BEATRIZ.(Sale corriendo.) ¡Albricias, que ya está aquí! INÉS.¡Respira, mi corazón! BEATRIZ.No es don Luis, es Salpicón... De la ventana le vi... INÉS.¿Qué será?... Con el temblor apenas tenerme puedo... ELEONORA.Vendrá a fraguar otro enredo de parte de su señor. LAURA.¿Qué mandáis? MATILDE. Dile que entre (Vase Laura.) pero sea lo que sea conviene que no te vea y que solas nos encuentre. BEATRIZ.Venid y os pondréis conmigo a acechar desde esa puerta... Si él viene a la descubierta cogemos al enemigo. (INÉS y BEATRIZ se van y se ponen en acecho.) MATILDE.Lástima, Eleonora, tengo a esta infeliz española... ¡Querer en amor ser sola!... Yo en mis trece me mantengo. ESCENA III MATILDE ELEONORA y SALPICÓN. MATILDE.¿Quién eres? SALPICÓN. Yo soy, señora, un hombre de honra y provecho, un escudero en barbecho que me hallo vacante ahora. MATILDE.¿Y quién aquí te envió? SALPICÓN.No lo sabré, decir bien; fue la estrella que a Belén los Reyes Magos guió. MATILDE.Donoso sois... SALPICÓN. Cuando chico gracia tuve en el pelo; pero me peló mi abuelo y quedéme hecho un borrico. ¿Sabes escribir? SALPICÓN. No sé; que tengo horror a la tirita. ¿Y leer? SALPICÓN. Es cosa distinta; me atasqué en el A, B, C. MATILDE.Gran defecto me parece no saber ni el alfabeto. Antes irá más secreto si algún mensaje se ofrece. MATILDE.¿Pero le sabrá llevar? SALPICÓN.Aunque mi presencia es tosca, en el ala de una mosca un billete hago volar. ELEONORA.Pues en esta casa creo va a olvidar su profesión. SALPICÓN.Yo lo hago por afición: cuando no canto, solfeo. MATILDE.¿Qué salario gana al mes? SALPICÓN.Diverso, según el caso, que mi tarifa repaso, y mayor o menor es. Si sirvo a un noble varón pido un precio moderado; si es señor improvisado, doble salario y ración. Si es canónigo, y husmeo que tiene en casa sobrina, como cuento con propina, el precio no regateo. Si un ama vieja me toca, pido poco, si es discreta. si tonta, doble receta, y triple si tonti-loca; pero si es doncella-pasa, con dengues y afectación, aunque me ofrezca un millón no me acomodo en su casa. Ahora, si, por el contrario, el ama es joven y bella por sólo el placer de vella no exijo ningún salario. MATILDE.Si sirves con buena ley de mí quedarás contento. SALPICÓN.Por más dichoso me cuento que en el palacio de un rey. MATILDE.Pues quédate en hora buena. SALPICÓN.Dejad que esta sucia boca bese la tierra que toca esa planta de azucena. (Se echa por tierra.) MATILDE.¿Qué vas a hacer?... Quita, loco... SALPICÓN.Decís bien, es loco empeño; que como el pie es tan pequeño tierra que pise no toco. MATILDE.¡Laura!... LAURA.(Dentro.) Ya voy. MATILDE. Al instante. ESCENA IV Dichos, LAURA. LAURA.(Espantada al salir.) ¡Jesús, qué horror! SALPICÓN. ¡Guarda, Pablo! ¿Si habrá visto acaso al diablo? LAURA.¡Que se quite de delante! MATILDE.(A SALPICÓN.) ¿Qué es esto? SALPICÓN. ¿A mí lo pregunta? MATILDE.Pues responde tú: ¿qué es? LAURA.Yo os lo explicaré después; que me he quedado difunta. MATILDE.Di: ¿le conoces acaso? LAURA.¡Ay! SALPICÓN. La pícara suspira. ¡Y con qué ojazos me mira! MATILDE.Pero al fin aclara el caso. LAURA.Este es aquel salchichón causador de mi desdicha. SALPICÓN.¡Yo! LAURA. Tú... SALPICÓN. Si no soy salchicha, que me llamo Salpicón. LAURA.Infame, muy bien lo sé, que Salpicón te llamaste; pero el nombre te mudaste después del auto de fe. SALPICÓN.¿Yo judío? LAURA. Judaizante. SALPICÓN.¡Está loca, vive Cristo! Si yo en mi vida la he visto LAURA.¿Nunca me has visto, tunante? SALPICÓN.El juicio me va a volver; ¡por San Antonio bendito!... LAURA.Por temor al sambenito no quiere a España volver. MATILDE.¿Eres español? SALPICÓN. Es cierto; y en Sevilla me he criado. LAURA.Allí fue penitenciado, mirad si le he descubierto. SALPICÓN.Miente y remiente: no hay tal, que yo soy cristiano viejo. LAURA.Y por salvar su pellejo se fue huyendo a Portugal. MATILDE.¿Has estado acaso allí? SALPICÓN.Allí he estado; no lo niego. LAURA.Y a Nápoles vino luego, donde yo le conocí. Viéndome tan recatada empezó a fingirme amor hasta atentar a mi honor. SALPICÓN.Yo probaré la coartada... MATILDE.Basta, no más; ¿era esta la intención que aquí te trajo? ¡Un designio torpe y bajo contra una doncella honesta! SALPICÓN.No hay tal; yo lo probaré. MATILDE.¡Cabe mayor desacato! ¡Atentar a su recato y corromperla en su fe! SALPICÓN.¡Si todo es un puro cuento sacado de su cabeza! MATILDE.Yo indagaré la certeza y os servirá de escarmiento. ¡Hola! (Toca una campanilla y salen unos criados.) SALPICÓN. ¡La Virgen me asista! MATILDE.Llevadle pronto de aquí. SALPICÓN.¿Mas qué culpa cometí? MATILDE.Y no le perdáis de vista. SALPICÓN.¿Pero qué va a hacer conmigo? MATILDE.Muy en breve lo sabrá. SALPICÓN.¿Dónde voy? MATILDE. A España irá, a recibir su castigo. LAURA.¡Mira qué semblante pones! Tú abonas la razón mía. SALPICÓN.Pues ¡qué! ¿Quieres que me ría entre este par de sayones? (Se lo llevan.) ESCENA V Dichos, DONA INÉS sale con BEATRIZ. MATILDE.Si no se van tan de prisa acaba la fiesta mal. ELEONORA.Yo me he hecho un cardenal para no soltar la risa. BEATRIZ.¡Qué susto lleva! LAURA. ¡Qué gesto! INÉS.Ya hemos cogido al espía; el traidor que aquí le envía deberá llegar muy presto. MATILDE.¡Pues alerta! LAURA y BEATRIZ. ¡Alerta están! MATILDE.Cada cual su lugar tome, y en el momento que asome a ejecutar nuestro plan. ESCENA VI DOÑA INÉS, MATILDE, ELEONORA. INÉS.Cuidado, que él es muy diestro. MATILDE.A bien que contigo lucha. INÉS.Aunque yo no estoy muy ducha tengo amor, y es buen maestro. ESCENA VII Dichas, BEATRIZ, LAURA. BEATRIZ.¡Que viene! LAURA. ¡Que viene! INÉS. ¡Adiós! Tiemblo como una azogada... MATILDE.Corre y ponte en la emboscada, que aquí quedamos las dos. (Vase INÉS, seguida de BEATRIZ y LAURA.) ESCENA VIII MATILDE, ELEONORA. DON LUIS. LUIS.Pronto tal vez os parezca que a vuestra presencia vuelvo, abusando en favor mío de un cortés ofrecimiento. MATILDE.Quien viene a su propia casa, siempre, señor, llega a tiempo. LUIS.Un solo día ha mediado sin la ventura de veros, y me ha parecido un siglo, a juzgar por mis deseos. (Aparte, ojeando la sala.) (No está.) ELEONORA. Si no habéis venido, pudiendo muy bien en hacerlo, o la voluntad fue poca o grave el impedimento. LUIS.(Aparte.) (Esta es la que estuvo en casa.) Me sucedió un contratiempo; y cual si lo hubierais visto debéis, señora, creerlo. ELEONORA.Mucho crédito merecen palabras de caballero; pero os digo con lisura que más a mis ojos creo. LUIS(Aparte.) ¿Si no será? MATILDE. Por las señas me parece que lo acierto; el lance de aquel amigo os retuvo, a pesar vuestro, dentro de casa. LUIS.(Aparte.) (Esta es.) Lo acertasteis, con efecto. MATILDE.Nadie en amistad os gana. LUIS.Me honráis con ese concepto. MATILDE.Es sentimiento muy noble... LUIS.Pero hay otro sentimiento, que siendo a la par hidalgo, aún es más íntimo y tierno. MATILDE.No atino, en verdad, cuál sea. LUIS.Pues no está, señoras, lejos; que la amistad y el amor juntos moran en el pecho. MATILDE.¿Y no riñen? LUIS. Son hermanos. MATILDE.¿Ni tienen tampoco celos? Cada cual su nido ocupa y se muestra satisfecho. ELEONORA.¿Qué tenéis en ese brazo? LUIS.Nada; fue un golpe ligero... ELEONORA.¿Estáis por acaso herido? LUIS.No he tenido ningún duelo. MATILDE.Mas tal vez en aquel lance os metierais de por medio. LUIS.Así fue; vi que mi amigo iba perdiendo terreno, que estaba torpe en los quites, que el contrario era más diestro; y al tirarle una estocada la espada y golpe detengo; el brazo me hirió al soslayo, pero me doy por contento si, a costa de poca sangre, tan buen amigo conservo. Advierto que os sonreís... ELEONORA.¿Quién? ¿Nosotras? Ni por pienso. MATILDE.¿Y quién pudiera reírse oyendo un lance tan serio? ELEONORA.La verdad; yo soy más franca; el lance cuál fue sabemos, y a la amistad le colgáis milagros de galanteos. LUIS.¡Galanteos yo en Venecia! ELEONORA.¿Y qué extraño fuera eso? LUIS.Si he llegado hace tres días... ELEONORA.Fue cabalmente al primero. LUIS.Y sin conocer a un alma. ELEONORA.Sería por pasatiempo. LUIS.¿Cómo? ELEONORA. Se dispara al aire, por si algo se mata al vuelo. LUIS.Quien tira al aire es señal de que no le dejan puesto. ELEONORA.O de que se cansa pronto y prefiere ir al ojeo. MATILDE.Mi hermana dice que es franca y voy a seguir su ejemplo; para nosotras, señor, no podéis tener secretos, aunque en el fondo del alma los mantengáis encubiertos. LUIS.¿Hasta la gracia tenéis de leer los pensamientos? MATILDE.Nos los dicen al oído y no es menester leerlos. LUIS.¿Y quién? MATILDE. Os vais a reír. LUIS.¿Un mágico o hechicero? MATILDE.Una cabeza encantada. LUIS.Donosa invención, por cierto. MATILDE.Es realidad, no invención. LUIS.Pues lo afirmáis, no lo niego; mas soy como vuestra hermana; aún más a mis ojos creo. MATILDE.No es difícil, si queréis... LUIS.¿Ver yo mismo ese portento? MATILDE.De seguro. LUIS. ¿Cuándo? MATILDE. Ahora. LUIS.Holgárame mucho de ello. MATILDE.Pues a la mano tenéis satisfacer el deseo... (Levantándose.) LUIS.¿Es ésta? MATILDE. La misma. LUIS. ¡Hola! Es hermosa con extremo: bien se conoce que en casa no habrán faltado modelos. MATILDE.Ni veneciana es siquiera, que de Rodas la trajeron. LUIS.¿Es turca? Pues aunque infiel sus malas artes no temo. MATILDE.Bien podéis hacer la cruz; porque tiene el diablo dentro. (Se acerca a la cabeza, le hace las preguntas y ella responde las palabras que van rayadas.) LUIS.¿Estás encantada?... Sí. ¿Y quién te ha encantado?... Amor. ¿Es muy constante?... Traidor. ¿A quién se parece?... A ti. MATILDE.¿No lo veis? LUIS. Es que contesta eso mismo a cualquier hombre. ELEONORA.Es que sabe vuestro nombre y os dio acertada respuesta. LUIS.¿Quién soy yo?... No sabrá tanto; recién llegado a esta tierra... MATILDE.Cuanto en el mundo se encierra está sujeto a su encanto. LUIS.Pronto saldréis del error. MATILDE.¿Y por qué no proseguís? LUIS.(A la cabeza.) ¿Cómo me llamo?... Don LUIS. ELEONORA.Se os ha mudado el color. LUIS.¡A mí! ELEONORA. Sí. LUIS.(Aparte.) (Nunca jamás he visto cosa más rara.) ¿Don Luis de qué?... De Guevara. ELEONORA.Aún se os ha mudado más. LUIS.¿Casado, viudo o soltero? MATILDE.No le hagáis tantas preguntas. LUIS.Contestará, a todas juntas. dime: ¿qué soy?... Embustero. ¿Y mi querida, quién es? Una. ¿Y no más? Cada día. ELEONORA.Mirad si razón tenía... LUIS.¿Y a quién quiero?... A cuantas ves. ¿Dónde he nacido?... En España. ¿En Aragón o en Castilla?... ¿No lo sabes?... En Sevilla. (Aparte.) ¡Se vio cosa más extraña! ¿Quién puede saber que soy español y hasta andaluz? ¡Pero qué rayo de luz! A hacer tina prueba voy... MATILDE.Pálido estáis, por mi vida. LUIS.Aprensión vuestra... MATILDE. No tal. ELEONORA.¿Os sentó la prueba mal? LUIS.Me resiento de la herida. MATILDE.¿Queréis agua? LUIS. Según creo la venda se ha desatado. MATILDE.Estáis todo demudado. LUIS.Turbios los objetos veo. MATILDE.Pues sentaos. LUIS.(Dejándose caer en un sillón.) ¡Ay de mí! MATILDE.¡Don Luis! Hermana, ¿qué es esto? ELEONORA.(Llamando.) ¡Laura, Beatriz, presto, presto! Acudid todos aquí. ESCENA IX Dichos, BEATRIZ, LAURA. LAURA.Aquí estamos. BEATRIZ. ¿Qué nos quiere? MATILDE(A LAURA.) Un pomo de agua de olor. (A BEATRIZ.) Que vayan por un doctor. (Hablando con la cabeza y dando golpes en el pedestal.) Inés, que don Luis se muere. ESCENA X ELEONORA y MATILDE. ELEONORA.Tal vez será un accidente. MATILDE.Se ha quedado como muerto. ELEONORA.Aunque está el brazo cubierto siento la sangre caliente. ESCENA XI Dichos, DOÑA INÉS. INÉS.(Corre desalada y se arroja a los pies de DON LUIS.) ¡Dios mío! MATILDE. ¿Qué haces, Inés? Mira por ti y tu decoro. INÉS.Sepan todos que le adoro si lo han de saber después. ¿No me conoces? Soy yo. Es tu Inés la que te llama, la que en el mundo te ama cual mujer ninguna amó. MATILDE.No perdamos un momento, que la venda se ha soltado. INÉS.¿Qué dices? MATILDE. Se ha desangrado y perdió el conocimiento. INÉS.(Acudiendo solicita.) Yo restañaré tu herida, yo tu sangre atajaré; yo a tus plantas moriré si no recobras la vida. ELEONORA.¡Por Dios, Inés! INÉS. Vuelve en ti, mi bien, mi dicha, mi amor; vuelve y mira mi dolor. Vuelve y consuélame. LUIS.(La abraza de pronto.) ¡Así! ESCENA XII Dichos, BEATRIZ y LAURA, que entran; aquélla deja caer un pomo de agua de olor, y la otra una copa con agua que traían para DON LUIS. INÉS.¡Ay! ELEONORA. ¡Jesús! MATILDE. El diablo es. LUIS.¡Tres ligadas en mi daño! Mas te perdono el engaño al ver tanto amor, Inés. ¿Por qué de mí te retiras? En vano son tus enojos; por más que apartes los ojos con los del alma me miras. INÉS.Dejadme; habéis abusado mil veces de mi pasión. Rasgar así un corazón no es propio de un hombre honrado LUIS.Reconvención tan severa, Inés mía, no merezco: reconciliación te ofrezco y la más firme y sincera. ¿Cómo podré no quererte si he visto con evidencia que tu amor crece en la ausencia y no lo espanta la muerte? Ella sola nos divida, ella rompa nuestros lazos y que me encuentre en tus brazos cuando me arranquen la vida. (Le alarga la. mano de esposo y en seguida la abraza.) INÉS.¡Qué dicha!... Siento un placer al poder llamarte mío, que temo si desvarío y no lo acierto a creer. Mi esposo, mío, y no más: me has dado tu corazón... LUIS.Me he rendido a discreción y para siempre jamás. ELEONORA.¡Bravo, bien!... Mira si vale en enamorar ser diestro. LUIS.Pero el más hábil maestro al cabo vencido sale. Esta es mi mano de amigo. (Alargándola a MATILDE.) El contrario es ya aliado. (Al ir a hacer otro tanto con ELEONORA va a entrar STROZZI y se detiene.) ELEONORA.(Volviendo el rostro hacia la puerta.) ¿Por qué os quedáis tan parado? ¿Creéis que se casa conmigo? ESCENA XIII Los mismos, STROZZI. Temí a mal tiempo llegar... LUIS.Venid, que a todos alcanza el tratado de alianza que acabamos de firmar. STROZZI.¿Qué decís? LUIS. Que de Inés soy; cesen ya vuestros recelos... ELEONORA.¿Tendréis también ahora celos? STROZZI.Pues aún más celoso estoy. ELEONORA.¡Eso ya raya en locura!... STROZZI.El que, por un bien suspira, si a otros más dichosos mira, envidia tanta ventura. De ti depende, Eleonora, curarle de tal pasión. ELEONORA.¿Cómo? INÉS. Con la posesión del dulce objeto que adora. ELEONORA.Veremos. STROZZI. Hoy mismo. ¿Hoy? Tanta premura no es buena. STROZZI.Mirando la dicha ajena aún más impaciente estoy. ELEONORA.Seré vuestra; pero es si una gran prueba me dais. STROZZI.¿Cuál? Decid, la que queráis... ELEONORA.No tener celos un mes. STROZZI.Muy dura es la condición y muy grande mi impaciencia. ELEONORA.Es tiempo de penitencia... Para la Resurrección. ESCENA XIV SALPICÓN, BEATRIZ, LAURA. SALPICÓN con una cadena en las manos y un velo negro en la cabeza. BEATRIZ.Aquí está ya este cautivo. SALPICÓN.¡Tened compasión de mí! INÉS.Este espía te cogí y te lo devuelvo vivo. LUIS.¿Has estado prisionero, Salpicón? SALPICÓN.(Ya en libertad.) Ni yo lo sé; pero nunca volveré si de ésta escapo y no muero. LUIS.¿Tan mal te va entre mujeres? SALPICÓN.Dios me libre de sus lazos; mejor quiero tizonazos que picadas de alfileres. LUIS.He aquí mi esposa y señora; Ven a ponerte a sus pies. SALPICÓN.¿Te casas con doña Inés? Ya comprendo el lance ahora. LUIS.¿Qué lance? SALPICÓN. Mi cautiverio; aunque me tienes por bolo, así que te vieron solo te armaron el gatuperio. LUIS.(Amenazándole.) ¡Bruto! INÉS. Déjale, mi bien: mas ya que a ti te condena, imponle la misma pena y que se case también. BEATRIZ.(Muy alborozada.) ¡Conmigo! SALPICÓN.(Remedándola.) ¡Calle... conmigo! LAURA.Yo le pongo impedimento. SALPICÓN.¿Vuelve otra vez con su cuento? LAURA.O su mano o su castigo. SALPICÓN.Señor, esto es una infamia Beatriz me quiere atrapar, y estotra me quiere ahorcar por delito de bigamia. LAURA.(A BEATRIZ.) Yo mi derecho te cedo (A SALPICÓN.) y queda el contrato roto. SALPICÓN.De castidad he hecho voto y quebrantarle no puedo. INÉS.(A SALPICÓN.) Haces bien. Con mil ducados (A BEATRIZ.) los novios tendrás a cientos. SALPICÓN.Usando esos argumentos se acaban los altercados. Esta es mi mano, Beatriz. BEATRIZ.Esta es tuya, Salpicón. Tú ya has dado el resbalón. SALPICÓN.¡Guárdate tú de un desliz! MATILDE.Sola yo de mi ventana las fiestas veré pasar; mas no temo que al mirar se me despierte la gana. LUIS.No echéis fieros; que el amor de su poder hace alarde, y el que se rinde más tarde hace su triunfo mayor. Yo le opuse por escudo tierra y mar, tiempo y distancia; hasta apelé a la inconstancia; mas nada librarme pudo y a discreción me rendí. INÉS.¿Te pesa? LUIS. Tanto lo siento que en el alma me arrepiento... Del tiempo que resistí.